22.
El
Papa como representante de Cristo:
La Iglesia católica afirma que el Papa es “el
Vicario de Cristo… y pastor de toda la Iglesia”
(Catecismo,
936-937).
El
término “vicario” viene de la palabra latina vicarius,
que significa “en
lugar de”,
implicando que el Pontífice Católico Romano está en la Tierra
tomando
el
lugar de Cristo,
con
la autoridad de Cristo sobre
todo
en sus manos para
decirle a la gente qué hacer y qué no hacer.
De
esta forma, los católicos ven al Papa como el sustituto de Cristo
en la Tierra o su representante ante el mundo. Durante
el Pontificado de Pablo VI, esta
doctrina fue promulgada
el
21 de noviembre de
1964 por el Concilio
del Vaticano II
en un documento llamado “Lumen
Gentium”
(Constitución
Dogmática de la Iglesia),
donde
se señalaba también que cada obispo gobernaría su diócesis cada
uno como vicario de Cristo, sometidos
a la autoridad del Papa en
turno y
enseñando a los feligreses a someterse
de igual forma
al
liderazgo del pontífice.
La
Biblia muestra que los cristianos líderes que cuidan y ayudan a los
creyentes a seguir en el camino de Cristo son llamados pastores,
presbíteros, ancianos u obispos (Hch. 11:29-30, 14:23, 15:4,
20:17, 22, 23, 20:17, 28, Fil. 1:1, 1 Tim. 3:1-7, 1 Ped. 5:1-4, Ti.
1:5-9, St. 5:14), pero nunca se ocupa el término “vicario”.
La Biblia dice que El SEÑOR, Dios mismo, es nuestro Pastor (Guía)
espiritual (Salmo 23), Cristo enseñó que Él mismo es el
Pastor supremo de TODOS sus creyentes (Juan 1:1-18), conforme
a la profecía Mesiánica (Ez. 34) y
que
Él
es el que tiene
toda
la autoridad sobre
el cielo y en la Tierra
(Mat.28:18).
La
Biblia en
ningún momento nos
habla de hombres que sustituyan a Jesús o
que tomen su lugar. En
los Evangelios, Cristo enseñó que el Único que tomaría su lugar
en la Tierra sería el
propio
Espíritu Santo (Juan
14:16-18, 14:26; 16:13, 1 Cor. 2:11-13),
el Espíritu de Cristo es
el
que
traería
la presencia de Dios y recordaría
Sus
Palabras o
enseñanzas a
sus seguidores, habitando
en todos los creyentes
verdaderos
(Rom. 8:9).
Por otro lado, la Biblia también que TODOS los creyentes somos "embajadores de Cristo" con el propósito de llamar al mundo a reconciliarse con Dios a través de Cristo (1 Corintios 5:18-20). En este sentido, todos los cristianos están llamados a seguir el ejemplo de Cristo y comportarnos como Él lo hizo cuando estuvo en la tierra. Esta no es labor del pontífice de Roma, es labor de todo los cristianos porque "fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio," (1 Tesalonicenses 2:4) y porque "el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1 Juan 2:6). Esto conlleva el deber de predicar el Evangelio del cielo anunciándolo a la gente de este mundo sabiendo que nosotros estamos en el mundo pero no somos de este mundo (Juan 17:16), así como Jesús es el rey de otro reino (Juan 18:35) que ya está entre nosotros (Lucas 17, 20-25).
Por otro lado, la Biblia también que TODOS los creyentes somos "embajadores de Cristo" con el propósito de llamar al mundo a reconciliarse con Dios a través de Cristo (1 Corintios 5:18-20). En este sentido, todos los cristianos están llamados a seguir el ejemplo de Cristo y comportarnos como Él lo hizo cuando estuvo en la tierra. Esta no es labor del pontífice de Roma, es labor de todo los cristianos porque "fuimos aprobados por Dios para que se nos confiase el evangelio," (1 Tesalonicenses 2:4) y porque "el que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo" (1 Juan 2:6). Esto conlleva el deber de predicar el Evangelio del cielo anunciándolo a la gente de este mundo sabiendo que nosotros estamos en el mundo pero no somos de este mundo (Juan 17:16), así como Jesús es el rey de otro reino (Juan 18:35) que ya está entre nosotros (Lucas 17, 20-25).
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