martes, 6 de marzo de 2018

5. La veneración de cruces y crucifijos



5. La veneración de cruces y crucifijos: Los católicos acostumbran usar cruces y crucifijos con la figura de un hombre asemejando a Cristo en el momento de la crucifixión. En sus iglesias, casas y coches se centraliza la figura golpeada y ensangrentada porque se se ve como un fetiche que brinda protección. Los católicos, por tradición, suelen pensar, que si tienen estas cosas, estarán de alguna manera más cerca de Dios y veneran estas imágenes con celo religioso. 

La realidad es que Cristo no quedó muerto en la cruz: Él resucitó al tercer día y Él nos llama a cargar la cruz espiritual (Lucas 9:23); esto no es el símbolo físico sino la muerte al ego, la carnalidad y el pecado propio. Una cadena de madera o de metal o una imagen que engrandezca el momento de su sufrimiento no es sustituto de esto ni glorifica a DiosLa cruz es muestra de lo mucho que sufrió Cristo en nuestro lugar, y de que Él está dispuesto a amarnos hasta la muerte, pero no debe ser convertido en un fetiche. Tampoco puede una cruz de juguete acercarnos a Dios: sólo podemos acercarnos a Él por medio de la oración personal y una vida obediente a sus enseñanzas. 

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