martes, 6 de marzo de 2018

17. La doctrina de la Primacía de Simón Pedro


17. La doctrina de la Primacía de Simón Pedro: La Iglesia Católica enseña que el papel supremo de Pedro por encima de los demás Apóstoles fue dado por Cristo mismo cuando Él le dijo a Pedro: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi iglesia. Yo te daré las llaves del reino de los cielos; y lo que ates en la tierra, será atado en los cielos; y lo que desates en la tierra, será desatado en los cielos” (Mateo 16:18-19).
Los líderes católicos insisten que de esa forma, Pedro adquirió una autoridad superior o jerarquía mayor a la de los demás apóstoles. Esta doctrina, también referida a veces como el “Primado Petrino”, se apoya en la idea de que, después de que se terminó de escribir el libro de los Hechos de los Apóstoles en la Biblia, en algún momento desconocido, Pedro viajó a Roma y se convirtió en Obispo de la principal Iglesia que allí se encontraba, lo que de alguna manera lo convirtió en el primer “Papa” de la historia.
Aunque los historiadores no reconocen estos hechos y los católicos mismos admiten que ese título nunca fue aplicado a Pedro en vida, aún así se les hace pensar a los feligreses que él ejerció una forma de gobierno similar al pontificado católico, el cual consiste en una organización religiosa basada en Roma, donde los hombres son asignados en una estructura de poder con jerarquías eclesiásticas.
El catolicismo enseña que Pedro ejerció su autoridad sobre los demás obispos por más de treinta años hasta que la persecución perpetuada por el Imperio de Nerón destruyó la ciudad con el Gran incendio de Roma (ca. 64). Según el libro apócrifo "Hechos de Pedro" (siglo II), primer documento histórico que contiene esta versión, Pedro fue crucificado de cabeza. Se dice que esto fue a propia petición, porque se consideraba indigno de morir como Su salvador.
Los católicos indican que estos eventos sucedieron en el mismo lugar donde hoy en día se encuentra la Basílica de San Pedro en el Vaticano (la cual, fue construida sobre un cementerio pagano que algunos líderes católicos dicen contiene la tumba de Pedro y sus restos humanos, ocultos al público por disposición oficial).
Como registro histórico de la doctrina de Primacía de Pedro, los católicos señalan la apócrifa Epístola a los Romanos (ca. 105-110 d.C.) escrita por Ignacio de Antioquía, en donde se hace alusión al liderazgo de Pedro y Pablo como líderes de los creyentes que dieron mandatos a las iglesias de Roma (aunque ambos se mencionan a un mismo nivel de importancia).
Fue Juan Crisóstomo (ca. 349-407), patriarca de Constantinopla, a quien se le atribuyen las primeras referencias a Pedro como "la Roca" o “la Piedra” en sentido de líder supremo de la Iglesia. Crisóstomo escribió que Pedro era “la boca de todos los apóstoles, la cabeza de esa tribu, el gobernante de todo el mundo, el fundamento de la Iglesia”.
Esta doctrina fue ratificada como una creencia indiscutible y dogmática para los católicos en el Primer Concilio Vaticano (1869–70). El Catecismo de la Iglesia (#552) también enseña que Pedro ha sido y siempre seguirá siendo "la inquebrantable roca de la Iglesia".


En la Biblia, cuando Cristo dijo sobre esta piedra edificaré mi iglesia”, Él acababa de preguntar a sus discípulos: “ Vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente (Mateo 16:15-16). El contexto indica que el fundamento de fe se refiere a la confesión de fe que Pedro acababa de hacer: “Cristo es el Mesías, el Hijo de Dios” es la base fundamental que une a los creyentes de la Iglesia espiritual de Cristo. El mismo contexto muestra que no es posible que la persona de Pedro sea considerada la piedra, porque justo después, Pedro trató de evitar que Cristo fuera a la cruz, y Cristo, “volviéndose Él, dijo a Pedro: ¡Quítate de delante de mí, Satanás! Me eres piedra de tropiezo; porque no estás pensando en las cosas de Dios, sino en las de los hombres(Mateo 16:23); además, de que Pedro mismo negó tres veces a Jesús durante su arresto. La Biblia muestra que, luego de arrepentirse, Pedro fue un líder principal en la Iglesia de Jerusalén y su papel era predicar el Evangelio en el pueblo (Hechos 2:14-15; 2:3-38; 10; 11). Hechos también indica que éste liderazgo era compartido al mismo nivel junto a Bernabé, Pablo, Jacobo, Judas, Barsabas, Silas, y otros discípulos, ancianos y hermanos en comunión fraternal (Hechos 1:12-14; 2:37-42; 15:6)Los cristianos del primer siglo no tenían jerarquías de autoridad; el liderazgo de los obispos, pastores o ancianos era una función igual de importante en todos, NO una posición de superioridad sobre nadie, porque “todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común; vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno” (Hechos 2:44-45). La enseñanza de Cristotodo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo” no fue dada exclusivamente a Pedro, sino a todos sus discípulos (Mateo 18:18). Pedro nunca reclamó una posición de autoridad por encima de los otros apóstoles y en ninguna parte de sus escritos (1a y 2a de Pedro) se halla mención alguna a esto porque Cristo mismo había dejado claro a sus doce discípulos que Su iglesia no tendría jerarquías de autoridad: se suscitó también entre ellos un altercado, sobre cuál de ellos debería ser considerado como el mayor. Y Jesús les dijo: Los reyes de los gentiles se enseñorean de ellos; y los que tienen autoridad sobre ellos son llamados bienhechores. 26 Pero NO es así con vosotros; antes, el mayor entre vosotros hágase como el menor, y el que dirige como el que sirve(Lucas 22:25-26); “los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros NO ha de ser así (Mateo 20:25-28; cf. 18.1-5, Mr. 9:33-37; Lc. 9.46-48). La Biblia enseña que Dios solamente es la roca y la salvación” (Salmos 62:1-2, 6-8). Por ello, el Mesías es la ÚNICA roca espiritual: “cada uno tenga cuidado cómo edifica encima. Pues nadie puede poner otro fundamento que el que ya está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11). Quienes son hechos parte de la familia de Dios, son “edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas [la fe en el Mesías Cristo], siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular, 21en quien todo el edificio, bien ajustado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor (Efesios 2:19-21). Los profetas habían hablado del Mesías como piedra angular de la Iglesia (Salmos 118:22, Isaías 28:16-17, Daniel 2:34-35; 2:44-45), Jesucristo se adjudicó a sí mismo esta profecía (Mateo 21:44; Lucas 20:18), Pablo lo reafirmó (Romanos 9:33) y Pedro mismo se refirió a Jesucristo como la Piedra (Hechos 4:10-12; 1 Pedro 2:6).

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