3.
La
idolatría e
invocación a los
ángeles: El
catolicismo aprueba y practica la invocación y el culto a los
ángeles o arcángeles
(Catecismo #61, 446) y se celebra liturgias
religiosas dedicadas exclusivamente a ellos (Catecismo #234).
La tradición católica también les dedica numerosos altares
dentro de las iglesias en todo el mundo. Se usa mucho el rezo popular
“Ángel de mi guarda” enseñado a
niños, y en diversos lugares, se les invoca para que hagan milagros
o traigan prosperidad (por ejemplo, la figura de San Miguel
Arcángel).
La Biblia muestra que los ángeles que sirven a Dios se niegan a recibir adoración del hombre (Apocalipsis 19:10; 22:9). Nunca se ve a ningún servidor de Dios bíblico invocar a ángeles porque ellos no son omniscientes ni omnipresentes. Los ángeles que sirven a Dios sólo le obedecen a Él (Salmos 103:20). Cuando ayudan al hombre, lo hacen por indicación divina, pero no responden a los rezos del hombre ni suplantan el papel de Dios. Aunque se reconoce que hay demonios (ángeles caídos) que harán grandes señales y milagros (Apocalipsis 13:1, 16:14).
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