8. La doctrina de la Purísima Concepción: La Iglesia de Roma
enseña que María fue concebida de forma “inmaculada
desde su concepción”, que a
diferencia de toda la gente, nunca heredó la carnalidad del pecado
original y que se mantuvo “siempre santa” de
principio a fin (Catecismo
#487-492,
#508).
Los católicos creen que ella “se mantuvo inmune de todo pecado
durante toda su existencia” y
“alcanzó” la
gloria de Dios por méritos
de pureza propia.
La idea de que María fue “sin pecado”
fue enseñada por Diversos
Doctores de la Iglesia Católica,
pero fue hecha
un dogma
hasta el año 1854 por el Papa Pío IX.
La
Biblia dice que TODOS
los humanos pecaron y ninguno ha sido totalmente justo (Romanos
3:10, 3:23, Salmos
53:3, 1 Juan
1:8-10).
Sólo Dios ha
sido bueno (Lucas
18:19). Cristo fue
el único que como humano nunca pecó (2
Corintios
5:21, 1 Pedro
2:22-24, Isaías
53:9).
María misma reconoció que necesitaba a Dios como Salvador y
ella se refirió a sí misma como indigna de que Dios mirara la
“bajeza de su sierva” (Lucas
1:47-48). Él la
llenó de gracia (un regalo
inmerecido), no
por obras, para que nadie se
gloríe
(1 Timoteo
2:9).
Sólo
Dios
es perfectamente Santo
(Apocalipsis
15:4) y
Sólo DioS
es digno
de recibir el
honor, la gloria y la alabanza
(Apocalipsis
4:11,
5).
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