jueves, 28 de mayo de 2020

28. El celibato clerical

28. El celibato clerical:

El celibato clerical se refiere al voto que los sacerdotes, monjes y monjas de la iglesia católica hacen de permanecer solteros, no casarse y no tener relaciones sexuales para dedicarse a su religión. Este precepto no es propiamente un dogma de la fe (es decir, no es obligatorio para todos los católicos), pero sí es, en palabras del pontífice Francisco, un "reglamento" que los líderes tienen que acatar.   

Esta condición no tiene origen bíblico como regla de fe, sino origen pagano, ya que se practicaba desde la antigüedad por monjes budistas y sacerdotisas vestales de la religión romana. Asimismo, en los primeros siglos después de Cristo, para algunos grupos ortodoxos del catolicismo como el rito oriental católico, no era obligatorio. 

Fue en los siglos II y IV que diversos líderes católicos empezaron a proponerlo como algo que fuera instituido en la religión. Finalmente, durante la Edad Media, en el siglo XII se estableció formalmente en el primer concilio de Letrán en 1123 d.C. y el segundo concilio de Letrán en 1139 d.C.: ese mismo documento, que establecía la excomunión para quienes no pagaran diezmos a los obispos (Canon 10) expresaba la condenación y persecución de los matrimonios y concubinatos de los sacerdotes, diáconos, subdiáconos, monjes y monjas (Cánones 6, 7 y 11): 
"Apegándonos al camino trazado por nuestros predecesores, los pontífices romanos Gregorio VII, Urban y Paschal, prescribimos que nadie debe escuchar las misas de aquellos que se sabe tienen esposas o concubinas... decretamos que cuando los obispos, sacerdotes, diáconos, subdiáconos, cánones regulares, monjes y profesos hermanos laicos que presuman haber tenido esposa y por tanto transgredan este precepto santo, deben ser separados de sus parejas, porque no consideramos que exista un matrimonio que, se concuerda, fue contraído en contra de la ley eclesiástica" (Canon 7). 
Desde entonces, la prohibición de casarse en matrimonio se impuso claramente a todos los que quisieran desempeñarse como clérigos, o de lo contrario no serían tomados en cuenta. La iglesia católica lo ratificó como un reglamento obligatorio en el concilio de Letrán (1215) y el concilio de Trento (1545 y 1563), y ya en el siglo XX también en la encíclica papal "Sacra Virginitas" (19??) de Pío XII, el escrito "Sacerdotalis Caelibatus" (1965) del Pablo VI, y una carta de 1979 de Juan Pablo II. 

Dentro de la iglesia católica, existe actualmente un Movimiento Nacional de las Familias de los Padres Casados con sacerdotes que esperan que en el futuro su respectiva Orden católica les exima de ese sacramento sacerdotal. Sin embargo, a la fecha, los que que estén casados en la jerarquía católica sólo pueden llegar a ejercer, a lo mucho, el puesto de diáconos. Actualmente, cualquier obispo o sacerdote ortodoxo católico también debe ser soltero o viudo para ejercer sus funciones.

Contrario a lo que enseña la Iglesia Católica, el celibato no sólo NO es enseñado en la Biblia, sino que, de hecho, en el Nuevo Testamento, el Apóstol Pablo enseñó lo contrario: que el que quiera ser obispo, es decir, pastor o líder de una congregación DEBE estar casado (1 Timoteo 3:1):
"Palabra fiel es ésta: Si alguno aspira al cargo de obispo, buena obra desea hacer. Un obispo debe ser, pues, irreprochable, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, de conducta decorosa, hospitalario, apto para enseñar, no dado a la bebida, no pendenciero, sino amable, no contencioso, no avaricioso. Que gobierne bien su casa, teniendo a sus hijos sujetos con toda dignidad (pues si un hombre no sabe cómo gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios?); no un recién convertido, no sea que se envanezca y caiga en la condenación en que cayó el diablo. Debe gozar también de una buena reputación entre los de afuera de la iglesia , para que no caiga en descrédito y en el lazo del diablo" (1 Timoteo 3:1-7).
Aunque hay grupos liberales que difieren de la interpretación de que estar casados es un requisito, una buena parte del cristianismo evangélico concuerda en que es un requisito, y que, según este texto, alguien soltero que no ha formado una familia no debería ser ordenado para liderar una congregación donde se dirigirá a familias enteras. 

También se tiene el testimonio de primeros cristianos seguían esta línea de pensamiento desde los Evangelios. De hecho, la prueba más contundente es que el apóstol Pedro (a quien por cierto los católicos le consideran el primer pontíficeestaba casado, como se evidencía claramente en Mateo 8:14, donde se registra que Jesús sanó a su suegra. Otros miembros líderes de la iglesia primitiva también estaban casados, por ejemplo: Priscila y Aquila (Romanos 16:3), Andronico y Junias (Romanos 16:7), así como Ananías y Safira (Hch. 5:1), Apia y Filemón (Fil. 1:1-2), entre otros. 

Jesucristo, al enseñar con alusión a la abstinencia sexual, enseñó que la continencia NO era para todos, sino para sólo los que pudieran:
 "…11Pero El les dijo: No todos pueden aceptar este precepto, sino sólo aquellos a quienes les ha sido dado. 12Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que fueron hechos eunucos por los hombres, y también hay eunucos que a sí mismos se hicieron eunucos por causa del reino de los cielos. El que pueda aceptar esto, que lo acepte" (Mateo 19:1)
El apóstol pablo, que no estaba casado y aludió a su soltería, también habló acerca de la decisión propia y voluntaria de no casarse sólo cuando la persona tuviera el "don de continencia", aclarando que esto NO era una obligación ni algo propio para todos, y afirmando que para aquellos que no lo tuvieran, sería preferible que se casaran para tener relaciones sanas y lícitas como pareja y no caer en tentaciones sexuales:
"Mas esto digo por vía de concesión, no por mandamiento. Quisiera más bien que todos los hombres fuesen como yo; pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. Digo, pues, a los solteros y a las viudas, que bueno les fuera quedarse como yo; pero si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando" (1 Corintios 7:6-9).

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